Hay cosas en la vida que no se pueden desaprovechar y en la mínima ocasión que se tiene no dejarlas perder. Una de ellas es ir a la OktoberFest en Munich. Para los que no sepais de que va, es la mayor fiesta de la cerveza que hay en el mundo, y que mejor sitio para celebrarla que Alemania, en el centro de Munich. A pesar de los más de 700 km que separan la capital de la región de Bavaria con Eindhoven, no nos ibamos a pensar dos veces perdernos ese gran ritual de culto a la cerveza que se celebra del 20 de septiembre al 5 de octubre. Carretera y manta para hacer frente a un viaje largo, donde las carreteras alemanas, míticas por no tener limite de seguridad, han dejado mucho que desear. Muchísimas obras y otros más atascos nos acompañaron en el largo viaje de ida, al menos hicimos una mini paradita, además de las habituales, en Stuttgart(poco se pudo ver, solo se notó que se mueve mucho dinero en la ciudad) para recoger a otros dos acompañantes más. Al llegar a Munich, faltaban muchas cosas por solucionar, el alojamiento lo principal. El coche iba a ser nuestro hotel, estaba claro, pero la gran ayuda la tuvimos en la maravilla del nuevo estadio del Bayern, el Allianz Arena. El equipo del Bayern(y por supuesto la empresa de la Aspirina) es uno de los grandes símbolos de la ciudad y por eso, además de para el mundial de hace dos años, construyeron el nuevo estadio. Pero no solo este, sino todos los accesos, parkings y perfecta organización. Esos parkings están conectados con metro con la ciudad y sirven de hotel hiperbarato para mochileros como nosotros. Por supuesto, los aprovechamos a tope. Por la mañana, pronto para arriba y aquí empieza lo fuerte. La OktoberFest está en el centro de la ciudad y es una feria de la cerveza, casetas y atracciones incluidas. Para que os hagais una idea: la Feria de Sevilla pero en Munich, más casetas públicas y un millon de veces más cerveza. Según la mentalidad española, lo mejor hubiera sido ir por la tarde beber y luego continuar la fiesta por Munich, pero no. A las 9 de la mañana se empieza a servir la birra, así que birra para desayunar. Llegamos a las 9(nos dijeron que estuvieramos pronto), pero no bastó. Colas de más de una hora cuando todas las casetas estaban LLENAS. Imposible coger un sitio o, incluso entrar. De litro en litro y con salchichas y praetzels(mirar las fotos son los aros gigantes que se comen) no se para de servir. Llegamos tarde y solo se pudo comprobar la esencia de lo que nos esperaba al día siguiente, ese iba a ser el nuestro y no lo dejaríamos escapar. Tenía que ser una competición contra miles de alemanes y gente de toda Europa para conseguir un sitio y poder beber hasta que el cuerpo aguante las mejores cervezas del mundo(solo preparadas para la fiesta). Aprovechamos para ver la ciudad( ver el reportaje de despues) y nos recuperamos para el día siguiente. El sabado a las 6 de la mañana en pie y antes de las 8 en la puerta y cogimos mesa de milagro. La entrada a la caseta fue mítica: un tapon de miles de personas pegandose y amontonandose para beber cerveza a las 9 de la mañana. Una imagen única. Lo demás ya… mujeres bestidas con el traje tradicional bávaro(escote 100% para dejar loco), salchichas, más carne y litros y litros de cerveza. Eso es de lo que me acuerdo hasta las 12 que me tiraron de la caseta por … ya no me acuerdo(hueco de 30 y volver a entrar no se como). Poco a poco fuimos recuperandonos y salimos de allí, con la sensación de que es sin duda una de las mayores fiestas del mundo.
martes, 7 de octubre de 2008
MUNICH I -OKTOBERFEST 2008-
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1 comentario:
lalalalaa
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