domingo, 27 de septiembre de 2009

Campo de concentración de Sachenhaussen








Siempre había tenido la curiosidad de ir a un campo de concentración nazi. Sitios marcados por la historia de una época en la que pocas cosas buenas pasaban. La crisis económica ( menos mal que en esta que hay ahora estas cosas no pasan) hizo que los alemanes acusaran a los tan perseguidos judíos. El señor Hitler, con mucha habluduria los convenció de razas superiores e inferiores y se le ocurrió que estaría bien apartar a los judíos, gitanos, discapacitados… a “zonas de trabajo”. Hasta que los del otro bando descubrieron que estos sitios eran carnicerías donde pasaban las peores atrocidades que puedan cometer las personas. Me gusta la palabra “atrocidad” porque suena angustiosa, mala. Como nos sentimos al pisar el campo de concentración de Sachenhaussen. Un lugar en el que el silencio y el aire están cargados con tristeza y sentimientos de una historia que nunca nadie podrá olvidar. Al oir hablar de estos sitios, nos vienen a la cabeza las imágenes de las montañas de cuerpos quemados, cámaras de gas… Poco queda de la zona original; la enfermería, barracones del campo anexo(los “rojos” también hacían de las suyas con los prisioneros nazis) el foso de fusilamiento, la entrada y las ruinas de los crematorios y las cámaras de gas. Se han hecho un par de reconstrucciones de los barracones, en los que uno se puede imaginar las penurias que aquella gente pasaba. Os dejo un video de la siniestra enfermería y unas cuantas fotos.

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